-Yo no sé escribir. -Vengo porque mi hija me ha obligado. -No creo que nada de mi vida interese a los demás. -Aquí estoy para pasar el rato, por curiosidad, por aprender. -Escribo cuando no me encuentro bien.
Algunas de estas frases nos la dijeron un grupo de mujeres que fueron convocadas en la biblioteca pública de Casariche, para hacer nuestro taller La vida en historias, de escritura e historias de vida. Mediana edad tirando hacia arriba. Y allí estábamos nosotros para impartirlo. Mucha ilusión en este grupo de desconocidas que ya, el primer día, abrieron su corazón sin saberlo.
Durante seis días repartidos en tres meses, han compartido sus historias personales, nos hemos conocido y hemos recorrido, a través de ellas la vida de su pueblo y sus gentes. Han querido plasmarla en un papel, convertido en librito.
Y han querido hacerlas públicas, regalarlas a su pueblo, en una tarde inolvidable, convirtiendo estas historias en historia de su pueblo, a través de una ruta literaria por los principales escenarios de los relatos narrados.
Esto es historia viva, memoria cultural, antropológica. Algo tan necesario como ilusionante.
Pero lo de este grupo de mujeres va mucho más allá. La fuerza de su voz, silenciada a veces, inexistente otras, autodesconocida la mayoría, ha nacido para quedarse y ha sido un parto maravilloso. En cada sesión han ido descubriendo sus capacidades expresivas, sanando, por medio de la escritura, heridas tan ocultas como dolorosas y, sobre todo, y más importante, sacando todo lo que quieren decir al mundo, y que, hasta ahora, quizá no se habían atrevido. Hemos disfrutado, reído, llorado y descubierto unas vidas increíbles que merecen ser contadas y visibilizadas
Desde este humilde blog gracias a vosotras, las protagonistas, mujeres valientes, mujeres sin miedo, con nombres propios: Encarna, Encarni, Charo, Araceli, Tanta, Joaquina, Trini, Mª Carmen, Beni y Sole. Gracias a la bibliotecaria de este pueblo, Mª José, que las conoce y las convoca, porque sabe, y conoce de primera mano, lo que hay dentro de cada una. Por darnos la oportunidad de darles voz. A la biblioteca por ser guardiana y depositaria de la historia viva y la memoria.
Palabra de mujer.
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